Lo sé, hay un error en el titular. ¿Hablar de San Francisco en vez de Frisco? Pero ya sabéis como funcionan esto de los posicionadores web y me ha tocado rendirme a la realidad.

Si has leído algún relato de Kerouac, Burroughs, Cassady, Gregory Corso o Allen Ginsberg, sin lugar a duda, tienes mitificado San Francisco. Pues he de reconocerte que ¡no te va a decepcionar! Aún guarda ese encanto desinhibido, anárquico y bohemio que nos relataba la generación beat.

Lugares imprescindibles en tu ruta Beat por Frisco

Museo Beat

Comencemos por el Beat Museum que reúne material único de los miembros de la Generación Beat. Podrás encontrar desde el coche que se utilizó para la película “El Camino”, ropa de ellos, fotografías nunca publicadas, una máquina Underwood de la época como la que usaban en sus textos, primeras ediciones y un largo etcétera. Es un museo muy para mitómanos, pero si estás leyendo este artículo, no hay lugar a dudas de que te encantará.

City Lights Booksellers & Publishers

La librería por excelencia de la generación beat. Testigo de charlas, debates y presentaciones tan emblemáticas como el poemario de Aullido de Allan Ginsberg que les llevó a los tribunales por considerar que “vendían material obsceno”. Es una auténtica maravilla, tres plantadas dedicadas con ediciones únicas. Tiene un gran apartado de libros que se han escrito posteriormente analizando el movimiento. Se tratan de ediciones que no habíamos visto antes, así que id sin prisas para poder verlo todo.

Callejón de Jack Kerouac

Pues sí, San Francisco le ha dedicado una calle al miembro más mítico de la Generación Beat. No os esperéis una gran avenida, se trata de una calle pequeña peatonal pero importante, conecta el final de North Beach con el barrio chino, otra de las zonas donde más le gustaba perderse a Jack Kerouac.

Vesuvio Cafe

Abrió sus puertas en 1948 y fue el escenario de largas noches de jazz, poesía, arte y, en definitiva, de la buena vida que les gustaba disfrutar a los miembros de la Generación Beat. Es fácil imaginarse como fueron sus largas horas allí porque se conserva prácticamente igual, con una decoración estilo art noveau de cristaleras y por dentro todo de madera. Una auténtica maravilla.

Caffè Triestre

Este lugar es una máquina del tiempo, al cruzar sus puertas parece que se haya quedado congelado en los años 50 con su piano de madera, las fotos de su fundador, un inmigrante italiano al que llamaban “papa Gianni”, y sus carteles al descoloridos. También fue lugar de encuentro del movimiento Beat. Escritores, poetas y artistas de todo tipo se daban cita aquí para debatir, jugar una partida de ajedrez, escuchar música en directo o, simplemente, esperar a que se les hiciera de día por la ventana para enlazar un día con otro.

El ático del 29, Russell Street

En esta dirección vivió el matrimonio formado por Neal y Carolyn Cassady. Jack Kerouac pasó una larga estancia entre sus paredes, una de las más productivas literalmente hablando, y también fue protagonista del famoso trío entre los tres. Como sabéis, la cosa no acabó bien, aunque la relación de amistad entre ellos duró más tiempo. Para Jack, Carolyn siempre fue su musa.

Haight Ashbury

No sólo se movían por North Beach. El cruce entre estas dos calles dio lugar a uno de los barrios más conocidos de la historia, si bien, es más recordado por el movimiento hippie, también fue escenario de las juergas de la Generación Beat. No hay que olvidar que en estas calles se movía casi todo el trapicheo de las drogas psicotrópicas, de ahí que se movieran como pez en el agua por ellas. Existe una película que recoge la historia de la generación Beat en Haight Ashbury, la podéis encontrar en Amazon.