Berlin imprescindible: guía de viaje
¡Cáspita! Qué grande es Berlín. Te pasas el día cruzando grandes avenidas, parques y edificios grandilocuentes, y justo cuando crees que ya lo has visto todo, al girar una esquina te das cuenta de que en realidad sabes muy poco de la ciudad, y que hay mucho, muchísimo más y necesitarás más días y más viajes para llegar a conocerlo un poco.
Porque no se trata sólo de historia, ni de monumentos, cultura o vida nocturna. Berlin es uno de esos escasos lugares en los cuales pasan las cosas y se cocina el futuro. No hay en Europa una ciudad más vibrante y enérgica desde que cayó el muro. Bueno, quizá Londres. Ambas están en constante cambio y comparten una búsqueda continua de una identidad propia, pero la frescura de la ciudad alemana se impone: la brecha creada por el muro va más allá de lo físico, y con ese doble alma va surgiendo una nueva ciudad aún sin definir, multicultural, vibrante y adictiva.
Para los turistas, la ciudad se va abriendo capa a capa, comenzando por esa historia tan intensa que será la base a partir de la cual profundizar en la esencia de Berlin. Por eso, si es la primera vez que pasas por aquí, es fundamental dejar atrás tópicos y prejuicios y abrir la mente, para poder dejarse llevar ante un catálogo de contrastes y contradicciones que se despliega ante nuestros ojos; los opulentos restaurantes, las galerías de arte refinadas y carísimas, los bares clandestinos, los kebaps y la vida underground.
Casi todo puede pasar en Berlin, la ciudad más divertida y menos alemana del país, y como hay tanto por comentar, vamos a dividir esta guía en dos partes; en esta primera que estás leyendo vamos a ver los lugares de visita obligada, para completar la próxima semana con los rincones menos conocidos que terminan por hacer que el turista caiga rendido ante sus atractivos.
Los símbolos
Alexanderplatz y la torre de TV: Si Berlin tiene un emblema, ese es la antigua torre de televisión de la Alemania Democrática. Construido en 1969, es visible desde toda la ciudad, y no solo servía a la difusión de las ondas de la tele, sino que permitía al Berlin Oriental observar los barrios del oeste desde sus 368 metros de altura. Se puede subir hasta la plataforma, a 208 metros de altura. La entrada cuesta 13€ y es recomendable comprarla por adelantado en su web para evitar colas. Además, la torre es uno de los iconos del merchandising berlinés, rivalizando con el Ampelman de los semáforos y el oso del escudo de la ciudad.
La Puerta de Branderburgo fue todo un símbolo de la terrible época del muro, al quedar atrapada en tierra de nadie, entre los dos sectores. El monumento, que fue construido a finales del siglo XVIII como símbolo de la paz, solo recuperó su esplendor después de la caída y ahora luce esplendoroso y atestado de turistas como cabecera de la avenida por excelencia de la ciudad, la Unter den Linden.
Poco queda del Muro de Berlin. Los restos más conocidos y visitados están en la denominada "East Side Gallery", al este del río Spree. Los muros fueron pintados tras la caída, y entre los grafitis destaca el del famosísimo beso entre Honecker y Breznev.
Historia
El Reichstag, sede del Parlamento alemán, está en el centro de la historia de Berlin y Alemania. Sufrió el incendio de 1933 que fue utilizado por los nazis para instaurar el terror, y fue destruido por las bombas en la guerra, pasando casi dos décadas en ruinas después de que finalizara. Después de la reunificación, recuperó su cúpula gracias al proyecto del arquitecto Norman Foster, y es una visita obligada desde entonces. La entrada es gratuita, pero debe reservarse con antelación en este enlace para garantizarse un sitio por los cupos establecidos.
Muy cerca del Reichstag está el Memorial del Holocausto, un monumento moderno (fue inaugurado en 2005), que sin embargo se ha convertido en uno de los lugares de visita obligada en Berlin. Son 2711 baldosas de hormigón de distintas alturas, instaladas con el objetivo de crear desasosiego y confusión en el visitante que pasea entre ellas. Damos fe de que lo consigue.
Del mítico Checkpoint Charlie no quedó nada tras la caída del muro. Pero el famoso paso fronterizo fue reconstruido en el año 2000 con sus detalles soviéticos y americanos, para convertirse en el lugar donde los turistas más hacen el turista de Berlin, donde pueden posar con los figurantes que interpretan el papel de militares a cambio de unas monedas. Más interesante es el museo que hay al lado sobre la historia del muro.
Otro punto histórico es la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, muy cerca del Zoo, que fue destruida por los bombardeos. Al finalizar la guerra se decidió mantener sus ruinas como memorial, construyéndose unos anexos que sirven de museo. Muy cerca está el parque Tiergarden, el pulmón de una ciudad repleta de espacios verdes. Sobre él se eleva la columna de la Victoria, desde donde se consigue una de las mejores vistas de la ciudad para el que consiga ascender sus 285 escalones.
Un poco de cultura
La Isla de los museos acoge hasta 5 de ellos en una isla del río Spree. Los más interesantes son el Neues Museum en el que se expone el famoso busto de Nefertiti y el Museo de Pérgamo, en el que destacan la puerta de Ishtar y sobre todo el altar de Pérgamo, que por desgracia no puede visitarse hasta el 2019 por obras de remodelación. También en la isla está la Catedral (Dom), a la que se puede subir para obtener unas vistas de la ciudad desde su centro.
También son recomendables el Museo Judío, anguloso y con planta en forma de rayo, que se encuentra en pleno barrio del Kreuzberg, y Topografía del Terror, una colección de los horrores del nazismo alojada en el solar donde un día estuvo la sede de la temida Gestapo, y que conserva uno de los mayores trozos del muro de Berlin original.
¿Qué más? Ocio, compras y gastronomía
En Berlin están algunos de los mejores bares y cafés del mundo. Dedica tiempo a conocer alguno, y visita un Biergarden para entender mejor el papel cultural de la cerveza en Alemania. Para hacer una pausa, son estupendas las terrazas de Hackescher Markt.
La inmigración es parte de la identidad de la ciudad: cada año acoge a 40.000 nuevos berlineses. Destacan especialmente la de origen turco y la vietnamita, por lo que no dejes de probar su gastronomía.
Otra consecuencia de semejante movimiento migratorio es que algunas zonas de Berlin han sufrido la temida gentrificación. Kreuzberg y Prenzlauer Berg son los mejores ejemplos, barrios antes olvidados que ahora se han convertido en foco de iniciativas y creatividad: tiendas de moda y diseño, cafeterías, restaurantes, ...merece la pena dejarse llevar por sus calles sin prisa, deteniéndose a tomar una weissbier en alguna de sus terrazas y observar su fauna, diversa y siempre a la última.
Si es domingo y te gustan los mercadillos, acércate al de Mauerpark. El ambiente es estupendo, y si no te gusta lo que se vende, siempre puedes cruzar la calle hasta alguna de las tiendas de diseño de Prenzlauer Berg.
Tampoco puedes puedes irte de Berlin sin probar las currywurst. Uno de los sitios más famosos es el de Curry36, en varios puntos de la ciudad. o el Konnopke's en Prenzlauer Berg.
Para terminar, si te gustan los centros comerciales, el KaDeWe es una especie de Harrod's a la alemana en la zona del Zoo.
¡Alquila una bici!
Las distancias son tan grandes que ayudará a que tus días de visita cundan más: podrías comenzar la ruta en Potsdamer Platz, continuar por el Tiergarden para observar la columna de la Victoria y pasar por el monumento de guerra soviético hasta llegar al Reichstag. De allí, en unos minutos alcanzas el sobrecogedor memorial del Holocausto, para después volver a la Puerta de Branderburgo y cruzar Unter der Linden hasta la Isla de los Museos y Alexanderplatz. Para terminar la jornada, se puede seguir hasta el muy de moda barrio de Prenzlauer Berg o volver al Mitte para ver la preciosa Bebelplatz, y después parar a tomar una foto al Checkpoint Charlie, y terminar tomando una cerveza en Kreuzberg.
Dónde dormir
Tenemos una mala noticia: Berlin es una ciudad donde alojarse es caro. La oferta es enorme, desde los económicos hostels a los hoteles de lujo, pero los precios no bajan a no ser que decidas alejarte varios kilómetros del centro. La ciudad tiene un grave problema de vivienda, por lo que incluso se están poniendo restricciones a iniciativas como airbnb. Aquí van tres recomendaciones para diferentes presupuestos:
- Los jóvenes aman los hostels, y cada vez más gente independientemente de la edad decide alojarse en ellos: tienen el mejor ambiente, el mejor precio, y cada vez cuidan más sus servicios. El St. Christophers Inn es acogedor y está muy bien localizado (junto a Alexanderplatz). Además, la planta baja se convierte en el bar Belushi's al caer la tardey está animado hasta la medianoche: ideal para charlar con otros viajeros y descansar del día de turismo. Tiene habitaciones compartidas (a partir de 30€ con desayuno) y privadas (55€). Consulta los precios y reserva aquí.
- Si eres más tradicional y buscas un hotel, debes saber que los precios de algo más o menos céntrico comienzan en los 80€ sin desayuno. En ese rango de precio está por ejemplo el Grimm's Hotel am Potsdamer Platz, que como su propio nombre indica está inspirado en los cuentos de los hermanos Grimm, como se aprecia en las zonas comunes y en la decoración de las habitaciones. Además, está apenas a 5 minutos caminando de Potsdamer Platz y alquila bicis por 12€/día. Consulta aquí el detalle.
- Si te lo puedes permitir, alojarse en el 25 hours hotel Bikini no decepciona. Destaca por su diseño y decoración retro futurista, por el Monkey Bar en la terraza con vistas sobre el zoo y el centro de la ciudad, y por estar en el edificio Bikini, un centro comercial en el que se ubican algunas de las tiendas más bonitas de Berlin. Eso sí, los precios comienzan a partir de 200€ la noche. Consulta disponibilidad aquí.
Un último consejo
La extensión de Berlin es enorme, así que reserva al menos 3 días y dos noches para ver lo básico y prepárate para largas caminatas. Aún así, te quedarás sólo con una imagen superficial, por lo que recomendamos al menos 5 días y 4 noches para llevarse una impresión más real y disfrutar de la oferta de ocio y cultura.
Es importante que planifiques bien qué quieres ver en cada barrio, para evitar que tengas que cruzar la ciudad una y otra vez. Es cuestión de tiempo, pero también de dinero porque el transporte público no es barato. Para compensar, comer y beber es más económico que en la mayoría de grandes ciudades europeas, así que no te cortes a la hora de sentarte en un biergarden a tomar una weissbier bien fresquita. La próxima semana publicaremos algunos recomendaciones de bares, cafés y otros lugares menos conocidos. Prost!