Apr 9

Apr 9 Las 5 cosas que de verdad echa de menos un emigrante

No solo de jamón vive el emigrante. Una botella de buen vino o un poco de lomo ibérico envasado al vacío harán que derramemos alguna lágrimas de alegría, pero afortunadamente hoy en día la mayoría de productos típicos españoles se pueden encontrar en prácticamente cualquier lugar del mundo. A precios desorbitados, eso sí.

Aunque reconozcamos que nunca, nunca es lo mismo: la pérdida de sabor del tomate frito, las aceitunas, el aceite y hasta el fuet es directamente proporcional a los kilómetros de distancia. Pero ya no hay excusa para no hacer paellas por falta de azafrán, ni para no desayunar un pan tumaca.

Lamentablemente, todavía hay algunos productos que son prácticamente imposibles de encontrar fuera. Estos son algunos:

Cola Cao: Ni Nesquick, ni Toddy, ni gaitas. Nos gusta con sus grumos y su sabor característico, pero no hay manera de encontrarlo si no es de contrabando.
Nocilla: Incluso los más recalcitrantes amantes de la Nutella deben reconocer que no es lo mismo. Porque cremas de cacao con avellanas hay muchas, pero ninguna nos trae un recuerdo tan vivo de las meriendas de nuestra infancia como esta.
Las ruffles sabor jamón. Definitivamente no las valoramos como merecen hasta que no las añoramos.
Las pipas de girasol. Su dificultad lo convierte en un clásico de las maletas, aunque siempre queda la opción DIY de comprar un saco en una pajarería y tostarlas en una sartén. Aunque siendo optimistas, no todo está perdido: en Vietnam o en Bulgaria sí son consumidas.
Un buen pincho de tortilla en el almuerzo. Vale, de acuerdo, está bien: en cualquier parte del mundo puedes prepararte una, pero es ese gesto tan sencillo de bajar al bar de la esquina y pedir es lo que echaremos en falta allá donde vayamos.

Hay otros mil casos, particulares de cada pais. Por ejemplo, en Brasil los amantes de los quesos curados o los pimientos del piquillo tenemos un problema. ¿Qué otras cosas echais en falta en otros países?