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Claves para lograr ser un viajero responsable

Hace unos días leímos la propuesta del aeropuerto de San Francisco prohibiendo la venta de botellas de plástico en su aeropuerto. Aunque aplaudimos, y mucho, esta iniciativa nos viene a la cabeza nuestro reciente viaje allí y cómo nos llamó la atención lo poco concienciados que estaban sobre los recursos como, por ejemplo, el uso de los plásticos en los comercios. Nos imaginábamos una ciudad puntera en cuando a mentalidad sostenible y nuestra decepción fue terrible al respecto.

Gracias al Manifiesto del Viajero de Responsable comenzamos a tomar conciencia de los efectos que tiene nuestra locura por viajar y la huella que dejamos en lugares locales.

Os compartimos nuestro decálogo de viajero responsable, no reinventamos la rueda, son nuestras claves o tips para reducir nuestro impacto, y os pedimos, que en comentarios compartáis cuales son vuestras claves para conseguir ser cada vez más viajeros concienciados y responsables

1.      Muerte al plástico

Es el gran enemigo. Hemos reducido drásticamente su uso. Siempre llevamos bolsas plegables de tela encima para no usar en nuestro destino nada. Para llevar nuestra comida nos hemos hecho con estas prácticas, y ¡bonitas!, bolsas de telas reutilizables y para la fruta que compramos llevamos bolsas de rejilla con cierre fácil (vienen un montón, en casa también las usamos).

Para las botellas de agua, llevamos de metal o cristal y las rellenamos donde vamos, tipo termo para que se mantengan bien fresquita.

Los geles, champús, etc... Los rellenamos en casa con frascos reutilizables y son los que usamos en el viaje.

2.      Todo Digital

Salvo las guías, que seguimos siendo un poco bohemios y las compramos de cada destino que vamos. Lo demás lo tenemos en digital, no cogemos mapas, ni trípticos, ni nada en origen que genere un uso momentáneo del papel y que a los minutos se suele desechar.

 Los billetes, intentamos que sean electrónicos.

3.      Consumo local

Evitamos las cadenas y acudimos siempre al comercio local. Al menos que nuestro paso deje recursos a los locales y así nos aseguramos que estamos consumiendo productos de KM0. Los regalos que llevamos siempre son artesanía local real.

4.      Nos movemos en transporte público

Renunciamos a alquilar coche donde vamos, nos movemos con transporte público. Nos aporta mucho más, estamos en contacto con la gente real, nos relacionamos con ellos y nos sirve para conocer mejor la zona que visitamos. Aunque a veces hemos tardado mucho más en nuestros desplazamientos cuando tenemos el tiempo bastante ajustado, compensa siempre, ¡os lo aconsejamos! Y además, andamos, andamos y andamos ¿Hay mejor forma de conocer un lugar?

5.      Respetamos a los menores

No hacemos fotos a niños en la calle, nos ponemos en la piel de los padres y respetamos su derecho y su privacidad, así como nunca les damos dinero. Cuando das una propina a un menor no le estás ayudando sino, potenciando el mercado infantil y las mafias que les exponen y les privan de una infancia normal.

6.      Usamos nuestras toallas

Imaginaos, y más ahora que somos tres, el gasto de agua y consumo de agua que produce lavar tres toallas al día en zonas con recursos limitados. Por eso, viajamos con nuestras propias toallas, son de microfibra con lo que se secan en nada y aguantan el viaje sin problemas.

7.      Nos adaptamos a los países que viajamos

Muchas veces, desde nuestra conciencia occidental, nos cuesta asimilar costumbres o rituales culturales que vemos en nuestros viajes. Estamos mentalizados y, por eso, nunca imponemos nuestro criterio, nos adaptamos al lugar, y nos vestimos acorde donde estemos para que nuestra visita no resulte ofensiva para el local.

8.      Nuestros residuos son nuestros, y por eso, nos los quedamos

Todo lo que generamos lo guardamos en la mochila y al final del día lo depositamos en los cubos correspondientes.  Siempre que podemos, reciclamos.

9.      Reducimos el consumo eléctrico

Ya lo decían las abuelas, donde esté un buen abanico… Por eso lo llevamos a cuestas para reducir el uso en aires acondicionados, y siempre, lo apagamos al salir.

Tenemos baterías de reserva para las cámaras, cargadores de baterías extra para 4 cargas, etc. que cargamos en casa y con los que casi nunca hemos tenido que volver a cargar en nuestro viaje. Además, tenemos una batería solar… ¡Súper práctica!

10.  En una mochila llevamos todo

Ahora que viajamos con nuestra #Almaviajera somos mucho más conscientes de lo bien que se viaja ¡con las manos libres! Como usamos un carrito plegable que nos permite subir al avión a modo de mochila (el nuestro es este) tenemos que llevar sólo un bulto y las manos libres y… ¡es posible! Cuanto menos peso llevemos menos combustible se usa y, más ligero se viaja. Si piensas en frio, ¿te pones / usas todo lo que llevas de viaje? Pues eso, haz que Marie Kondo se apodere de ti cuando organices tu equipaje y reduce al máximo las cosas que lleves y deja hueco para lo que compres en comercios locales y poder traerlo de vuelta.

Nos interesaría mucho saber qué hacéis vosotros en vuestros viajes para conseguir ser un viajero responsable, ¿nos lo dejáis en los comentarios? Mola viajar, por eso, queremos que nuestra gran pasión dure siempre y la única forma es reducir nuestra huella y hacer que el turismo sea responsable, es extender la concienciación ¿os unís a esta iniciativa?