Solo cuatro ingredientes: Cachaça, lima, azúcar y hielo. Parece simple, pero la bebida tipica del Brasil admite centenares de variantes y cada bar de drinques ofrecerá sus propias y orgullosas variaciones.

Originaria del estado de São Paulo, la leyenda dice que surgió para combatir la denominada "gripe española" de inicios del siglo XX, aunque ya existía en el siglo anterior, cuando la cachaça era la bebida preferida de los brasileños. Hoy es reconocida en todo el mundo como símbolo del Brasil más tropical.

La cachaça es la bebida tradicional brasileira, un aguardiente ambarado de alta graduación obtenido de la caña del azúcar. Como no podía ser de otra manera, ya tiene establecido su Dia Nacional da Cachaça, el 13 de septiembre.

En su receta tradicional o las variaciones con diversas frutas tropicales como maracuyá, es una bebida fresca que resulta peligrosa: al beberla apenas se nota el alcohol y es fácil excederse, además de que la elevada cantidad de azúcar multiplica la resaca. En cualquier caso, es obligado probarla si se visita el país (aunque sea en su versión con vodka, la caipiroska), donde es habitual como aperitivo antes de las comidas.

RECETA: Para la caipirinha clásica, lo ideal es prepararla directamente en el vaso en que va a ser consumida, depositando una lima ya cortada en el fondo, a la que se agrega el azúcar (unas 2 cucharadas). Se macera ligeramente con un mortero, y se añaden 4-5 hielos. Por último, agregar la cachaça al gusto de cada uno. Si se va a preparar con otras frutas, puede utilizarse la coctelera.

Trucos: la lima supone un tercio del cocktail, debe elegirse uno de piel lisa (tienen más jugo) y cortarse de manera que facilite quitar la tira blanca central, que es amarga. El mejor vaso es en forma de "V", para poder macerar cómodamente la lima. Otro punto importante es no pasarse con el mortero, pues también aumentará el amargor. El otro extremo tampoco es recomendable, si añadimos demasiado azúcar se hará difícil de beber. Por supuesto, que la cachaça sea de calidad.