5 destinos brasileños poco conocidos
Con apenas 6 millones de turistas anuales, Brasil tiene un tremendo potencial turístico más allá de la fama de Río de Janeiro, Iguazú o Salvador de Bahía. Algunos lugares van saliendo del anonimato, como las espectaculares playas del nordeste del país, pero aún quedan otros menos conocidos, al menos para los europeos, que merecerían por sí solos la visita. Estos son algunos.
- Los amantes de las playas paradisíacas no pueden dejar de visitar Fernando de Noronha. Este archipiélago de origen volcánico situado en el estado de Pernambuco tiene algunas de las mejores playas del país, lo que es mucho decir en una costa de casi 10.000 kilómetros. El único pero es económico: destino de un turismo de elevado poder adquisitivo, tiene además una tasa medioambiental por cada día de hospedaje, lo que lo convierte en un viaje bastante caro.
- Si piensas que es difícil ya que la naturaleza te sorprenda, cambiarás de opinión si te bañas en los Lençois Maranhenses, donde de marzo a septiembre las lluvias crean lagunas cristalinas entre las dunas, en un paisaje que cambia cada noche.
- Bonito, en el interior del país (Río Grande del Sur), se distingue por sus ríos de agua trasparente en los que nadar entre peces y practicar actividades de todo tipo, del rafting al buceo en cavernas. La visita, mejor en el verano brasileño por la temperatura del agua.
- Si lo que te va es el turismo cultural, el estado de Minas Gerais es tu destino. Comenzando en la capital, Belo Horizonte, donde seguir las huellas de Niemeyer, hasta el glorioso pasado colonial de Ouro Preto, Diamantina y Tiradentes, para terminar en el increíble museo de Inhotim, del que pronto hablaremos.
- Por último, no es demasiado conocido que en Brasil se celebra la segunda oktoberfest más grande del mundo. Es en Blumenau, en el estado de Santa Catarina, y congrega a más de medio millón de personas cada año en un país que ama la cerveza.