Madrid se mueve: Guía rápida para turistas modernos
Suele suceder que los problemas que aparentan ser más complicados tengan la más sencilla de las soluciones. Y Madrid anda en estos tiempos buscando una a la preocupante caída del turismo.
Mientras esperamos el desfile de ideas descabelladas que sin duda propondrán nuestros políticos, quizá sea todo tan simple como dejar de ponerse palos en las ruedas a los ciudadanos y dejar que fluya la vitalidad que corre por sus venas. Madrid seguirá viendo cómo el turismo se aleja mientras no sea capaz de transmitir lo que se está cociendo lejos de los despachos: en sus calles. Aquí van unos cuantos ejemplos de esos sitios que hacen vibrar la ciudad y que cualquier viajero inquieto debería tener en cuenta a la hora de planificar su visita a la capital.
Para planificar qué hacer en nuestra visita y estar al día de las novedades de Madrid, son imprescindibles los blogs de Le Cool y Don´t Stop Madrid. Para consultar la agenda más completa, aquí está el detalle.
Cultura: museos y mucho más
Más allá de la Santísima Trinidad compuesta por el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen, existe todo un circuito de salas y espacios públicos y privados. Grandes y pequeños, vanguardistas o más clásicos, son generalmente gratuitos, y dan cabida a expresiones artísticas de todo tipo; en su mayoría merecen una visita solo por admirar sus contenedores.
Por encima del resto, nos gustaría destacar el Círculo de Bellas Artes y Matadero Madrid, por ser un compendio de (casi) todo lo que nos gusta: exposiciones, conferencias y todo tipo de actividades culturales y talleres. El primero de ellos tiene además el doble valor añadido de su cafetería y las vistas desde su azotea. De Matadero, destacar lo excepcional de su arquitectura. Sería injusto no mencionar junto a ellos el antiguo edificio de La Tabacalera, demostrando que hay otras formas de hacer cultura.
Además de los tres anteriores, y sin ánimo de ser exhaustivos, recomendamos echar un vistazo a las variadas programaciones de estos espacios: El Palacio de Comunicaciones de Cibeles, el edificio de Caixaforum, La Casa Encendida, el centro cultural Conde-Duque, el Museo ABC o el Espacio Fundación Telefónica por sus excelentes exposiciones temporales de fotografía.
Las propuestas culturales no se limitan a estos espacios, sino que encontramos librerías y cafés con programaciones propias que amplían la oferta cultural. Consultar, por ejemplo, las de La Central de Callao, La Fábrica o Tipos infames.
La oferta de teatros sigue siendo grande a pesar de los últimos cierres. Junto a ellos, el microteatro ha ganado peso en los gustos de la gente, y las salas se han multiplicado. Lavapies, La Latina o Triball tiene las suyas. Para estar al tanto de conciertos y otros espectáculos, hay que seguir la pista a las programaciones de las salas La Riviera y El Sol, del teatro Lara y del Circo Price.
De compras: los mercados están de moda
Aunque nos encanta el Rastro, por fin parece que se consolidan las alternativas y con ellas el concepto de los mercados de diseño, donde creadores independientes comercializan sus productos y la originalidad es la norma.
- El más veterano es el Nómada market. Trimestral, se organiza en la planta superior de la estación de Chamartín. Si vienes de fuera, un truco: hay descuentos para los que lleguen en tren.
- El mercado Central de Diseño en el Matadero, reúne los más creativo de nuevos diseñadores y emprendedores que quieren dar a conocer sus creaciones, es el primer fin de semana de cada mes. Otro recién llegado a la ciudad pero que se está imponiendo con fuerza es el Mercado de Oficios, también en el Matadero. Pretender recuperar los trabajos y labores artesanales.
- Con distintas periodicidades, tenemos también el Molly Market en el espectacular edificio del COAM, el Rave market en la calle Toledo y el Diferente Market, quienes tienen detrás a los maestros del ocio Madrid Diferente. Y a la espera de que el ayuntamiento renueve los permisos del Mercado de Motores para que vuelva a llenar de vida el muy bonito museo del Ferrocarril.
- A parte de estos, Madrid es una ciudad viva y cada fin de semana da la bienvenida a diferentes Pop-Store. Puedes consultar algunos aquí.
Sin ser un mercado propiamente dicho, los comerciantes del barrio de las Letras sacan sus puestos a la calle el primer sábado de cada mes en el denominado Mercado de las Ranas, acompañando las compras de distintas actividades y espectáculos callejeros.
Ocio: mucho por descubrir
Sin dejar de estar de moda, Malasaña y La Latina no son ya el hervidero de creatividad de antaño, y son las zonas de Triball y Lavapies las que han tomado las riendas con propuestas más arriesgadas y libres.
- El mejor ejemplo de revitalización de una zona lo encontramos en Triball, antiguamente degradada y hoy convertida en lo más cool de Madrid. Arropada por la Gran Vía, lo mejor es seguir el eje que marcan la calle Pez y la Corredera Baja de San Pablo para dejarse llevar en la enorme oferta de garitos. Ahí van algunos, sin ningún orden ni preferencia: el my trendy Cazador, el Circo de las Tapas, el Maricastaña, El Fabuloso Coconut bar, el renovado Bar Galleta, el urbano Gorila Malasaña , el italiano Aiò, la cocina criolla del Gumbo o la galería de arte con barra que es el Kikekeller. Y, por supuesto, no nos olvidamos de El Palentino, que sigue dando guerra.
En la mayoría de los locales se puede tapear o directamente sentarse a comer. Y si tienes perro, para saber dónde puedes llevarle tienes a Sr. Perro.
- Continuando hasta Noviciado, llegaremos a Conde Duque, zona menos explotada pero que poco a poco se va llenando de propuestas interesantes. De nuevo, la mejor política es dejarse seducir y probar, aunque si tuviéramos que recomendar nos quedaríamos con las tapas de La Gustava, los sandwiches de autor del Crumb, y el ambiente de la Plaza de Comendadoras con el Federal o el Café Moderno.
- La zona de las Salesas se ha rehabilitado totalmente y ha dejado atrás esos bares de adolescentes de antaño por sitios chics con una oferta gastronómica más que recomendable. Algunos de los imperdibles son el encantador Lady Madonna, el Sexto, el tailandés Krachai o merendar sin prisas en la deliciosa confitería Mamá Framboise.
- Por último, nos queda hablar de Lavapies. Sin perder la esencia de barrio multicultural y combativo, se ha convertido en una sucesión de locales donde tomarse una caña, tapear algo y disfrutar de su ambiente colorido. La calle Argumosa vertebra la interminable oferta: los Chuchis, el Automático ola playa de Lavapies, pero también La Infinito, el café Kino, y el restaurante y terraza de las Escuelas Pías de Lavapies (Gau café).
Si se quiere algo fuera de estas zonas, algunas recomendaciones son el moderno Dray Martina en Argensola, el StreetXO de David Muñoz en el Corte Inglés de Callao, o la Sala de despiece en Ponzano. Los adictos al queso tienen su templo en el Poncelet Cheesebar.
La fiebre del brunch merece un comentario aparte. Es una tendencia que ha venido para quedarse, y muchos de los lugares mencionados lo ofrecen en sus cartas los fines de semana. Añadamos a ellos dos propuestas más, ambas en Conde Duque: el evocador Arquibar y el acogedor Mur café. Ojo, imprescindible la reserva previa, ¡suelen estar completos!
Del mercado tradicional a la “food experience”
Otra tendencia en auge estos años ha sido la recuperación de algunos de los mercados de abastos de la ciudad. Los más turísticos, llenos de delicatessen(y, por tanto, más caros) son el de san Miguel, junto a la plaza Mayor, y el de san Antón, en Chueca. Más populares son los de san Fernando en Lavapiés, los Mostenses junto a plaza España. El de San Ildefonso en la Calle Fuencarral con un patio espectacular. O si además de comer quieres disfrutar de actividades como el intercambio de idiomas acércate al mercado de Moncloa. El último en llegar, todavía creciendo, es el mercado de la Cebada en la Latina.
La noche
Para los más fiesteros, una buena noticia: aún quedan lugares con buena música: la sala Independance, el Costello Club, o la nueva reencarnación del Ocho y medio, nunca decepcionan. Algo más electrónica, tenemos la Sala Pirandello, plena de hipsterismo y moderneo. Eso sí, para la mayoría de ellos es recomendable apuntarse en las famosas listas de puerta a través de la web. Para terminar, un planazo para los domingos por la tarde: el cachondeo de la fiesta Que trabaje Rita.