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Martinelli, la historia del mayor rascacielos de América Latina

Hoy en día, viendo el edificio Martinelli rodeado de macro edificios, cuesta imaginarse que en su día fuese el mayor rascacielos de toda la Latinoamérica. Consiguió ese logro gracias a la obstinación de quien lo ideó:  Giuseppe Martinelli.

Nacido en la Toscana italiana, decidió emigrar a Brasil para hacer fortuna. En 1889 llegó a Río de Janeiro y después se trasladó a Santos, donde comenzó a ganarse la vida en todo tipo de trabajos relacionados con la construcción, hasta que consiguió un empleo en aduanas. A partir de ahí comenzó a hacer su fortuna, en 30 años consiguió tener 22 navíos y diversas propiedades. Pero aun no estaba satisfecho y tenía algo pendiente por hacer, así que decidió vender sus propiedades y trasladarse a Sao Paulo.

En 1924 inició su sueño, construir su propio edificio. Tenía claro lo que quería y la primera norma que le dio a su equipo fue clara; quería construir el más alto de América Latina, para lo que debería tener 30 plantas de altura. En aquella época no había ninguna construcción con tal dimensiones, y los vecinos de Sao Paulo rápidamente se opusieron al proyecto ante el miedo de que se desplomara. Tuvo que superar incontables impedimentos económicos y burocráticos para poder continuar con su sueño.  Pero lo que más problemas le dio fue el de la seguridad, por ello, para demostrar que la construcción era segura, se le ocurrió construir en la azotea su propia casa, una villa italiana de cuatro plantas con una terraza propia de más de 1.200 metros cuadrados que tuvieran las mejores vistas de toda Latinoamérica. Y allí se mudó con su familia.

Los materiales del edificio fueron importados de Suecia y Noruega. Se cuidó hasta el más mínimo detalle, de ello se encargaron los más de 90 artesanos italianos y españoles, responsables de los acabados. Se requirió de unos 600 operarios para su construcción.

El crack de las bolsa del 29, afectó de lleno a Giuseppe Martinelli. Debido a las deudas acumuladas perdió la propiedad del edificio y fue a pasar a manos del Banco Nacional Italiano. Arruinado, se trasladó a Río de Janeiro, donde desde cero volvió a hacer su fortuna. En el momento de fallecer, dejó un patrimonio de 50 millones de dólares a sus descendientes y numerosas propiedades.

El edificio Martinelli  siguió su rumbo sin su propietario inicial, llegando a albergar el primer cine de la ciudad, salas de juego, hoteles de lujo, restaurantes, etc. Hasta que en el año 1943, tras la segunda Guerra Mundial, el gobierno Brasileño decidió confiscar todas las propiedades italianas, incluido el Martinelli. Tras esto, empezó una etapa de declive convirtiéndolo entre finales de los años 50 y los 60 en un edificio ocupado, se permitió que entre sus lujosas plantas morasen animales de granja, se hiciesen fogatas y fuese el hogar de más de 3.000 vagabundos,  delincuentes, drogadictos y prostitutas de la zona. Todo ellos dirigidos por Zé Pernambuco, un capo de la época que se mudó a la Vila italiana del tejado, desde donde dirigía todas sus operaciones. Con sus vistas tenía un control total de la ciudad y con sus métodos atemorizaba a todos: por ejemplo, utilizba el conducto de ventilación a moda de fosa.

El edificio Martinelli pasó del lujo a convertirse en una favela vertical: Durante los años 50 y 60, se convirtió en un edificio okupado.

Hasta que en 1975 el gobierno intercedió, haciendo uso del ejército, para lograr desalojar el edificio. Llegaron a encontrar en la fosa de Zé Pernambuco el equivalente a 9 plantas de basura acumulada, incluidos numerosos animales muertos y huesos óseos humanos.

Numerosas obras posteriores han reformado el edificio, haciendo que en la actualidad lo usen 3.000 empleados y lo visiten una multitud diaria de turistas. 

Actualmente, el edificio es de propiedad mixta, el 70% es público y el resto privado.

Con más de 130 metros de altura, el edificio Martinelli es un símbolo de la ciudad. Las vistas desde su terraza son absolutamente espectaculares y de los únicos edificios que te dan una visión de 360 grados del skyline de Sao Paulo. Su visita es gratuita y cuenta con una explicación del carismático guía Edson Cabral, sin duda, la persona que más sabe de la historia del edificio. La recomendamos para todos aquellos que quieran hacerse una idea de la inmensidad de esta mega urbe.

Edificio Martinelli. Av. São João, 35 – Sé, São Paulo

Visitas: De Lunes a Viernes de 9:30 a 11:30 y de 14:00 a 16:00. Sábados de 9:00 a 15:00 y domingos de 9:00 a 13:00

WEB: http://www.prediomartinelli.com.br/