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Achiropita: gastronomía y solidaridad

Parece Italia, pero es el corazón de Sao Paulo. Este fin de semana comienza la mayor conmemoración religiosa de la ciudad, en el barrio italiano de Bixiga, y casi todo en ella gira en torno a la gastronomía.

Lo que empezó a principios del siglo XX como una manera popular de recaudar dinero para construir una parroquia, es ahora una enorme fiesta que ocupa las calles principales del barrio durante las tardes y noches de cada fin de semana del mes de agosto. Por sus 30 barracas pasan 20.000 personas al día, que consumen pizzas, pasta y productos típicos de la gastronomía italiana, pero también churrasco y otros con sabor brasileiro.

Achiropita es una palabra de origen griego que hace referencia a algo que no ha sido hecho con mano humana, en concreto a las imágenes sacras a las que se atribuye un origen milagroso. La devoción por esta virgen fue llevada hasta Brasil por la inmigración italiana, y la parroquia de Bixiga es la única consagrada a ella en todo el país.

Ya va por la edición 89, y los olores y la tradición invaden unas calles que parecen sacadas de otra época y en las que se respira buen rollo: las personas que trabajan en la fiesta son voluntarios y el dinero recaudado va íntegro para obras sociales. Así que nada mejor que acercarse hasta la zona, y dejarse guiar por el olfato hasta alguna de las casetas en las que las mammas preparan la masa cariñosamente, entre risas y contagiando alegría.

No te puedes ir sin probar la fogazza, que es uno de los símbolos de la fiesta. Se consumen hasta 12.000 por noche. Otro símbolo es el provolone de 100 kgs de peso y 2 metros de largo que es sorteado cada año. 

La calle principal (rúa 13 de maio) está muy animada durante todo el año: Cada viernes por la noche hay música en directo animando las cantinas frente a la parroquia, y cientos de personas se acercan a tomar una cerveza y bailar.

Parroquia Nossa Senhora de Achiropita.

Rua 13 de Maio, 478

Cuándo: Todos los fines de semana de agosto, sábados y domingos por la tarde. Además del ajetreo en las calles centrales, con acceso gratuito, hay un espacio cerrado denominado la Cantina, donde previa compra de entrada se disfruta de comida, música y bailes italianos. Los precios son de R$80 los sábados y R$40 los domingos.