Cómo sobrevolar las líneas de Nazca
Las líneas de Nasca son conocidas en todo el mundo. Hoy en día, las teorías extravagantes sobre su origen han sido descartadas en favor de otras más creíbles que las otorgan carácter astronómico y astrológico, pero no por ello han perdido atractivo: su número supera las 1.500, que ocupan una gran superficie de 500 km2. Disfrutarlas desde el aire es una auténtica gozada...no apta para todos los estómagos.
Porque el vuelo, debemos avisar, no es placentero. Afortunadamente, parecen superados los problemas de seguridad que provocaron accidentes en el pasado, pero el tamaño de las avionetas, el viento, y los giros realizados para que todos los pasajeros puedan observar de la misma manera las figuras y líneas lo convierten en una pequeña montaña rusa. Lo mejor, volar a primera hora, cuando hay menos viento, y hacerlo sin desayunar. Tomar una pastilla anti mareo antes también ayuda.
Un truco: mira solamente a través de la ventanilla de tu lado de la avioneta, así se reduce la probabilidad de mareo. Si aún así prefieres quedarte en tierra, existe un mirador en la carretera Panamericana desde el cual hacerse una idea de lo que suponen estas líneas.
El aeropuerto Maria Reiche está en las afueras de las ciudad, y en él dan servicio actualmente 10 aerolíneas, que realizan vuelos durante el día en avionetas de 4, 5 o 12 pasajeros. La forma más cómoda de contratar el vuelo será a través de los hoteles y agencias de viajes, ya que por un precio de entre 80 y 100$ incluirá la recogida y traslado hasta el aeropuerto y el vuelo, de unos 40 minutos de duración, sobre las principales figuras como el colibrí, el astronauta o el mono (foto). Otra opción es subir por nuestra cuenta hasta el aeropuerto y una vez allí negociar el precio, para ahorrarse algunos dólares, en cuyo caso dependeremos de la disponibilidad de plazas que haya en el momento.
Para ver mejor las figuras son recomendables las avionetas de menor tamaño, ya que permiten mejores giros. Pero en contrapartida, son menos estables, por lo que el viaje es más movido. La elección, a gusto de cada uno.
Se trata de una experiencia única: Después de repartir los pasajeros en las aeronaves en función del peso para que vayan equilibradas, en apenas unos minutos de vuelo sobre el desierto comenzaremos a ver los geoglifos milenarios, preservados hasta hoy por el clima extremo de la zona: Nazca es una de las zonas más secas del planeta, donde apenas llueve unas horas al año (1l/m2).
Por último, un consejo para tus fotos: Configura tu cámara antes de comenzar el vuelo, para no tener que hacerlo entre giro y giro.