El faro que está (casi) al final del mundo

El faro que está (casi) al final del mundo

El faro de Les Éclaireurs, en el canal Beagle, es conocido como el faro del fin del mundo gracias a una novela de Julio Verne. Pero no lo es.

El citado en el libro es el Faro San Juan de Salvamento, que se encuentra más lejos de la costa, en la Isla de los Estados. Pero como las excursiones no llegan hasta ese punto, la lógica del marketing ha terminado por imponerse a la realidad.

El faro aún está en funcionamiento, y con sus franjas rojas y blancas y 11 metros de altura es el icono de Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego, la ciudad más austral del mundo. 

La mejor forma de verlo es contratando uno de los paquetes de navegación por el canal, en las además de vadear el faro se disfruta del avistamiento de cormoranes y lobos marinos, entre otros animales. Estas excursiones se ofrecen en cualquier agencia de viajes, salen desde el puerto de Usuahia y duran entre 4 y 6 horas, en función de si se llega hasta isla Martillo para ver los pingüinos desde el bote. Los precios, a partir de 500 pesos argentinos.

Si se dispone de presupuesto. La "excursión pingüinera" en la Estancia Harberton (ofrecida solo por PiraTour) es toda una experiencia y nos permite pasear entre pingüinos, por lo que podemos ahorrar unas horas de navegación por el Beagle (y también unos pesos) escogiendo alguna de las que solo llegan hasta el faro.

Importante no olvidar nunca la latitud: una vez se sale del puerto la fuerza de la naturaleza se hace sentir con vientos gélidos que también pueden provocar mareos. Al fin y al cabo, estamos casi en el fin del mundo.

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