Tras los especiales sobre el Solsticio de Verano / Invierno que hemos ido haciendo en el blog durante el mes de junio, aún nos queda por hablar de otra “noche mágica”, la de las Hogueras de Alicante. Hoy es la cremà, a diferencia del resto de noches de San Juan, en Alicante la gran noche del fuego es la del 24 de junio, que pone broche de oro a las fiestas de la ciudad.

Durante todo el año, artistas trabajan en crear los monumentos que estos días se pueden ver por la capital levantina. Todo ese esfuerzo, ilusión y dinero esta noche se queda reducido a una montaña de cenizas. Pero la fiesta es así, ¡no hay que verlo con pena!

Alicante no son sólo las Hogueras de San Juan, recuerda todo lo que puedes disfrutar de esta ciudad en nuestros posts.

Para no perder pista: tras el anuncio de la palmera de fuegos artificiales en la playa del Postiguet a las 12 de la noche del día 24 de junio da comienzo la primera quema que es siempre la de la Plaza del Ayuntamiento donde autoridades, belleas, damas y los que no gustan de trasnochar se acercan a verla de cerca. Suele ser de las más espectaculares al ser una plaza cerrada y los monumentos suelen tener gran altura.

Aviso a neófitos: no te acerques demasiado, la ola de calor que se produce te asustará y si no lo hace, serán los bomberos con sus chorros de mangueras provocados por los insultos de los más jóvenes.

Tras la de la Plaza del Ayuntamiento, comienzan a quemarse el resto de monumentos. Durante la noche la ciudad entera arde al ritmo en que van llegando los bomberos a cada una. Pavesas sobre vuelan las calles y las ojeras de los alicantinos tras 5 días de fiestas aguantan hasta ver las últimas llamas.

Desde el inicio de las fiestas el 19 de junio la ciudad se paraliza, pero tras la noche en vela del 24, Alicante despierta limpia y lista para empezar a preparar las próximas Hogueras.

Solamente no verá las llamas el “ninot indultado”, es aquella figura que por votación es salvada del fuego. Su destino final es el Museo de las Hogueras, interesante visita para conocer la historia de esta fiesta que data del 1928.

Muchas veces esta fiesta se compara con su hermana mayor, Las Fallas de Valencia. Éstas últimas son mucho más lúcidas por su mayor presupuesto y la expectación mediática que produce, pero Alicante tiene a su favor el tamaño, al ser más pequeña la cercanía de todas los puntos se puede hacer a pie y el buen clima de junio que hace que se puedan disfrutar de ellas en la calle sin problemas de temperatura.

Aunque creas no tener instintos pirómanos, ver con tus propios ojos como se consumen estos majestuosos monumentos en cuestión de minutos es todo un espectáculo. Presenciar sólo una te será casi imposible.